Siempre me preguntan cómo logro combinar poesía y organización con la vida real sin sentir que una contradice a la otra

“Por años te escondí en mi alma,

no te dejaba salir,

era algo que no existía,

y eso me hacía sentir triste, infeliz

Hasta que un día,

mis dedos decidieron ayudarte,

explotastes desde adentro,

una luz me iluminó.

Descubrí verdades intensas,

tristezas guardadas,

alegrías incompletas.

Pero el destino volvió a encerrarte

y esto me torturaba,

ya no lo podía soportar.

Vivir sin tenerte era casi fácil,

pero tenerte y dejarte no es vivir,

volvió la tristeza,estás de vuelta

nuevamente me harás feliz” 

A lo que yo llamo poesía | |Refugio en prosa | Annifel Fernández

La verdad es que no hay receta exacta, sino un hilo invisible que las une en mi historia. 

Desde pequeña aprendí que la necesidad de expresarme era tan vital como respirar. 

Pero con los años también descubrí que, para poder expresarme de verdad, necesitaba espacio, tiempo y cierta estructura. 

Hoy miro hacia atrás y veo que cada etapa de mi vida fue enseñándome a tejer estos hilos hasta convertirlos en el corazón de mi marca y de mi manera de vivir.

La poesía y organización como raíz de mi voz

Comencé a escribir poesía a los doce años. 

Tenía cuadernos escondidos debajo de la cama, como si fueran cofres secretos donde nadie podía juzgarme. 

En casa, sentía que muchas veces no había espacio para mi voz; y afuera, en un país donde hablar podía traer consecuencias, escribir se convirtió en un refugio silencioso.

Recuerdo una tarde en particular: yo tenía trece años, estaba en la sala de mi casa en Caracas, mientras en la televisión se transmitían noticias que hablaban de restricciones, de cosas que no se podían decir. 

Yo, en cambio, llenaba páginas con poemas sobre la libertad. 

No eran poemas complejos, eran sencillos, pero para mí eran un grito callado. 

En esas hojas encontré algo más que letras: encontré una forma de sanar, de liberar lo que no podía decir en voz alta.

Con el tiempo entendí que escribir no solo me daba alivio: también me daba identidad. 

Era mi manera de recordarme quién era en medio de la censura, de las mudanzas, de los cambios. 

La poesía me enseñó a ver belleza en lo cotidiano: en un café compartido, en una conversación, en un viaje, en un abrazo.

Estrategia: el arte de organizar el caos

Durante años pensé que la organización era algo opuesto a la sensibilidad. 

¿Cómo podía convivir la rigidez de un calendario con la fluidez de un poema? 

La respuesta me llegó en medio del caos.

He vivido en tres países y me he mudado más de once veces. 

Cada mudanza era un terremoto emocional: cajas extraviadas, objetos rotos, horas interminables de desorden. 

Cuando mi hija era pequeña. Llegamos a una nueva casa agotados, sin saber por dónde empezar. 

Entre cajas desparramadas, juguetes que se rompieron en el camino y la presión de volver a la rutina, me sentí derrotada. 

Esa noche me prometí a mí misma que algo tenía que cambiar.

Fue ahí cuando empecé a crear pequeños sistemas. Una lista aquí, un cuaderno allá, hasta que descubrí que organizarme no me encadenaba, sino que me daba libertad. 

La estrategia dejó de ser enemiga de mi creatividad y se convirtió en la herramienta que me permitía tener tiempo para ella.

De a poco, empecé a diseñar métodos propios: planners que nacían de la experiencia, no de la teoría. 

Descubrí que cada vez que lograba ordenar un viaje, una mudanza o simplemente mi semana, me regalaba algo más grande: calma, presencia, espacio para crear. 

La organización se transformó en mi aliada para poder escribir, pintar, viajar y, sobre todo, disfrutar de los míos.

La vida real como escenario

Podría decir que mi vida ha sido un laboratorio constante. Tres países, once mudanzas, proyectos que nacían con entusiasmo y a veces terminaban en fracaso. 

La maternidad me enfrentó con la necesidad de reinventarme más de una vez. 

El matrimonio, lejos de ser una cárcel como muchos me advirtieron cuando me casé a los 23 años, se convirtió en el lugar donde encontré más libertad.

Me casé cuando aún no había terminado la universidad, y escuché muchas veces la frase: “te faltan experiencias”. 

Lo que no entendían es que mi gran aventura comenzó en ese momento. 

Con mi esposo descubrí un compañero de vida con el que podía crear proyectos, soñar en grande y equivocarme sin miedo. 

Esa libertad en pareja fue contraintuitiva: mientras el mundo me decía que el compromiso resta, yo descubrí que, cuando hay amor auténtico, suma y expande.

La vida real me mostró que no todo se organiza con listas ni con versos.

Hay días de cansancio, de pérdidas, de frustraciones. 

He tenido emprendimientos que no funcionaron, decisiones que me dolieron y momentos en los que sentí que el tiempo se me escapaba entre las manos. 

Pero también aprendí que cada fracaso trae un aprendizaje y que cada reinvención me acercó más a lo que hoy soy.

Poesía y organización la alquimia de mi marca personal

Poesía, estrategia y vida real no se cruzan en mi historia de forma casual: son la materia prima de todo lo que creo.

La poesía me recuerda que cada planner, cada artículo, cada proyecto debe tener alma. 

La estrategia me ayuda a que ese alma tenga forma, estructura, camino. 

Y la vida real me da la prueba más concreta de que nada de esto es teoría: todo está inspirado en experiencias vividas.

Recuerdo la primera vez que alguien usó un planner diseñado por mí y me dijo: “sentí alivio, como si al abrirlo mi mente se despejara”. 

Ese día confirmé que no estaba sola en mi búsqueda: que muchas otras mujeres también necesitaban recuperar su tiempo, sentirse más libres y transformar el caos en calma.

Esa es la alquimia de mi marca personal: convertir mi historia en herramientas que ayuden a otros a escribir la suya con más libertad y plenitud.

Lo que quiero dejar en quienes me leen

La poesía no es solo un género literario: es una forma de mirar el mundo con ojos sensibles, incluso en medio de la rutina.

La estrategia no es un manual rígido: es un mapa que te ayuda a llegar más lejos, sin perder lo que de verdad importa.

Y la vida real, con sus imperfecciones y giros inesperados, es la maestra que nos da la oportunidad de reinventarnos una y otra vez.

Quiero que quienes me leen o usan mis productos sientan lo mismo que yo descubrí: que no hace falta elegir entre orden y belleza, entre productividad y disfrute, entre sueños y realidad. 

Se puede tener todo, si aprendemos a combinarlo desde nuestra propia verdad.

Hoy más que nunca creo que el tiempo es nuestro recurso más valioso. 

No podemos recuperarlo, pero sí podemos decidir cómo vivirlo.

Para mí, esa decisión pasa por tres caminos: escribir para liberar, organizar para disfrutar y vivir con presencia cada momento real.

Y quizás la pregunta que quiero dejarte es esta: ¿Cuáles son los hilos que tejen tu propia vida y cómo podrías combinarlos para que cada día se sienta más libre, más tuyo, más auténtico?Por eso mi mantra, el que guía todo lo que hago, es simple y profundo: Tu vida, tu tiempo, tu libertad.

Por Annifel Fernandez

Annifel Fernández es una autora y creadora contemporánea, conocida por su trabajo en poesía, temas de planificación y herramientas de organización personal, como planners y guías de productividad. Es una figura creativa que combina su pasión por la creación con un enfoque práctico para inspirar a sus lectores a organizar sus vidas y alcanzar sus metas. Se ha destacado por su trabajo poético, es reconocida por sus planners, diseñados para promover la productividad y el bienestar. Estos planners suelen incluir secciones para metas personales, hábitos diarios y reflexiones, inspirándose en tendencias modernas de organización, similares a las descritas en obras de autoayuda y desarrollo personal de otros autores. Sus planners podrían incluir elementos de diseño colorido, citas motivacionales y estructuras para gestionar el tiempo, apelando a un público maduro y dinámico. Es una persona apasionada por la creatividad y el impacto positivo en sus lectores. Tiene intereses diversos como la lectura, los viajes y el cuidado de animales, Annifel tiene un estilo de vida versátil, combinando su trabajo creativo con hobbies que enriquecen su perspectiva como autora. Reside en una ciudad vibrante, donde encuentra inspiración para sus historias y diseños, y que valore la conexión con su comunidad de lectores a través de redes sociales o eventos literarios. Annifel se está posicionando como una voz fresca en la poesía y la organización personal, combinando historias inspiradoras con herramientas prácticas que resuenan con una audiencia moderna. Su trabajo refleja un compromiso con el crecimiento personal y la creatividad, dejando una marca en aquellos que buscan equilibrar sus metas y sueños con una vida organizada.