Beso.
Un beso no es cárcel,
un beso, un beso es libertad,
pero eso sí, si el beso es fuerte,
sincero, profundo y de verdad.
Sentir al ser amado,
cerca de tu ser y tu cuerpo,
es dar libertad a un corazón encerrado,
dejando atrás todos los recuerdos.
Es alimentar tus entrañas y tu ser,
con su respiro totalmente exaltado,
y sentir tu pecho agitado,
al tomar de su fuente y beber.
Es tomar un suspiro,
que se confunde entre dos,
es sentirnos complacidos,
y sentir como quema el amor.
Cuando esa magia enmudece,
nos une con emoción a los dos,
nuestros días atardecen,
un ángel pasa y nos roba la voz.